La asertividad: La habilidad social que alza nuestra voz

¿Cansado de que no te escuchen? Descubre el secreto para hacerte valer

¿Alguna vez has sentido que tienes algo importante que decir, pero la voz no te sale? ¿O que, por más que intentas expresar lo que sientes, nadie te entiende realmente? Si te ha pasado, no estás solo. Muchos de nosotros luchamos por hacernos escuchar sin sonar agresivos o, peor aún, sentir que nos pasamos de "buenos" y los demás nos pisotean.
Pues tengo una buena noticia: existe un superpoder de la comunicación que te permite decir lo que piensas y sientes, defender tus derechos y necesidades, ¡y todo eso sin pisotear a nadie! Se llama asertividad.
La Asertividad: Tu Voz Sin Miedo y Con Respeto


Imagina esto: puedes pedir un favor sin sentirte culpable, rechazar algo que no quieres hacer sin buscar excusas complicadas, expresar tu desacuerdo sin que la conversación termine en pelea, o simplemente compartir tus ideas con confianza. Eso es ser asertivo.
No es ser egoísta ni grosero. Al contrario, es una forma de respetarte a ti mismo y, al mismo tiempo, respetar a los demás. Es encontrar ese punto medio perfecto donde tu voz importa tanto como la de los demás.
 
¿Cómo te ayuda la Asertividad en tu día a día?
Ser asertivo es como tener una herramienta mágica para tu vida:
  • Mejora tus relaciones: La gente sabrá qué esperar de ti y tú de ellos. Se acaban los malos entendidos y los resentimientos.
  • Adiós al estrés: Dejar de guardar todo lo que sientes te libera de una carga enorme.
  • Más confianza en ti mismo: Al expresarte, te sientes más fuerte y seguro.
  • Te respetan más: Cuando te valoras a ti mismo, los demás también lo hacen.
  • Resuelves problemas mejor: En vez de evitar los conflictos, los enfrentas y encuentras soluciones.
 
¿Quieres empezar a ser más asertivo? ¡Es más fácil de lo que crees!
No necesitas nacer con este don. La asertividad se aprende y se practica. Aquí tienes un par de ideas para empezar:
  1. Conoce tus derechos: Recuerda que tienes derecho a decir "no", a cambiar de opinión, a pedir lo que necesitas y a ser tratado con respeto.
  2. Usa el "Yo": En vez de culpar ("Tú siempre..."), habla de cómo te sientes ("Yo me siento... cuando..."). Por ejemplo: "Me siento frustrado cuando no puedo terminar de hablar".
  3. Di "No" sin rodeos: "Gracias por la invitación, pero hoy no podré." ¡Sin excusas ni justificaciones complicadas!
Empezar poco a poco, en situaciones donde te sientas más cómodo, te ayudará a construir esa confianza. Notarás cómo, paso a paso, tu voz se hace más fuerte y clara, y cómo los demás empiezan a escucharte de verdad.

Por ultimo, te presentamos el siguiente video para mejorar tus conocimientos y profundizar más del tema:

https://youtu.be/kXUOVYiNG58?si=6qKS-PLp34sOqgMp
Muchas gracias por leernos

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